de acuerdo al medio es el okupa

Desde la irrupción en los medios de la ocupación de tierras en el parque Indoamericano, los diarios han consignado que la acción no fue “espontánea”, sino “organizada”. Sin embargo, no se pusieron de acuerdo en cuanto a quién o quienes organizaron la toma. Así, el lector de diairos debió recurrir al menos a dos o tres para formarse una idea al respecto.


El jueves, el editor general adjunto de Clarín, Ricardo Roa, lo adjudicó, sin mayor información, al “activismo sobre todo de izquierda y las mafias violentas que trafican unas con drogas y otras colonizan espacios para lotear los terrenos”. Ese día, en la nota informativa, Clarín afirmó que los ocupantes “llegaron de la Villa 20, que queda cerca pero varios provenían de otros asentamientos del sur de la Ciudad y del GBA”.


En otra nota, se brindó el testimonio de una ocupante y señaló: “llegó el martes con un grupo de San Martín. No da detalles pero deja entrever –como muchos otros- que hubo punteros que los movilizaron”.


Ese mismo día, La Nación aseguró que los ocupantes provinieron en su mayoría de la Villa 20 y de otros asentamientos cercanos, como la villa 1-11-14, del Bajo Flores. Un miembro de los que ocuparon el parque –que el diario no identificó- aseguró que “no hubo más organización que el boca a boca”.


El domingo, en Página/12, Horacio Verbitsky sumó su hipótesis: “fueron traídos en colectivos y camiones pagados por el esposo de Graciela Camaño desde Tigre, Pilar, Moreno, Malvinas Argentinas y Lomas de Zamora”. El esposo de Camaño es el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo.

Con respecto al censo, en un recuadro, Clarín habla de “13.333 ocupantes ilegales” mientras que el resto registra 5.866 personas que ocupan el parque. La Nación añade que “95% provienen de la Capital”, pero coincide con Página, que explica que “incluyendo a las que no están allí aunque integran las familias, el total que aguarda vivienda llega a 13.333”.


Según Ambito, se trata de “1.650 familias de bajos recursos que conviven en forma precaria, entre el calor, las moscas y la falta de higiene”. El Cronista, por su lado, subraya que “no pudieron entrecruzar los datos de 7.253 personas por no contar con DNI ni ningún tipo de documentación”. 
 
(informe DsD)