Ahí, con tono de suave izquierda que no molesta, con bronce republicano estático como la nada, con susurros de formas democráticas sin democracia, con verguenza de historias no asumidas, con pálidas herencias, con consensos entre pocos, los que se doblan y rompen están ahí. Para defender los buenos modales, los tonos agradables de la buenos vecinos, las banderas de cambios que retrotraigan.
A la izquierda de Magnetto. Pa lo que gusta mandar.