Cuando Hermes Binner asumió como gobernador, la convocó como secretaria de Salud, un cargo de gran peso. Nunca le pidieron que militara en el Partido Socialista, o que participara de actividades partidarias. Hace unos meses fue convocada por Carta Abierta por su tarea en el gobierno santafesino. Ferrandini hizo sus aportes y mantuvo una activa participación en el foro de salud de esa asamblea. Nunca ocultó su coincidencia con las políticas sociales del gobierno nacional, al punto que en febrero de este año ponderó el “efecto revolucionario” de la Asignación Universal por Hijo.
De hecho asegura que le comunicó a Binner que no iba a acompañar su candidatura presidencial porque se sentía identificada con el proyecto de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La semana pasada, pocos días antes de las primarias, el ministro de Salud de Santa Fe, Miguel Angel Cappiello –uno de los hombres más cercanos a Binner–, le pidió la renuncia a ella y al director de Salud Mental, Gustavo Castagno. Después, Cappiello lo desmintió, pero antes el secretario de Información Pública de la provincia, Rubén Galassi, fue claro: “Para ser funcionario político hay que compartir un proyecto”.
De hecho asegura que le comunicó a Binner que no iba a acompañar su candidatura presidencial porque se sentía identificada con el proyecto de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La semana pasada, pocos días antes de las primarias, el ministro de Salud de Santa Fe, Miguel Angel Cappiello –uno de los hombres más cercanos a Binner–, le pidió la renuncia a ella y al director de Salud Mental, Gustavo Castagno. Después, Cappiello lo desmintió, pero antes el secretario de Información Pública de la provincia, Rubén Galassi, fue claro: “Para ser funcionario político hay que compartir un proyecto”.
Una muestra de cuando el consenso es materia que se le exige a otros.
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