dialoguitos de verano: gerardo romano

-Periodista: Hay una escena del programa en la que se ve a Perón en su despacho, con la mirada perdida y observando a la Plaza con melancolía, después de haber echado a los jóvenes. ¿Piensa que ese episodio fue significativo para él, que influyó en el desmoronamiento de su salud?
Gerardo Romano: Sí, claro que sí, la emocionalidad tiene siempre consecuencias en la salud, y no olvidemos que el primer infarto que hace Perón es cuando se entera de lo que había pasado en Ezeiza. El tipo era un ser humano, uno muy sensible creo yo, debió de haberse angustiado.
- ¿Y logró a lo largo de los años condonar a ese Perón del regreso que había decepcionado?
El tema es que uno va creciendo y se va poniendo del otro lado, te vas alejando de ese joven de 20 años que quería coherencia, consecuencia y agilidad en las acciones de su líder y reparás que el líder era un anciano, que tenía que manejar un país muy difícil con mucha conflictividad.
Cuando tuve que ponerme en la piel de ese Perón viejo, tuve que verlo desde su singularidad, desde su contexto, tener en cuenta que tenía ya casi 80 años. No es mi intención preocupar a nadie, pero no es fácil ser viejo, tenés que acostumbrarte a resignarte.
Y no te olvides además que a Perón lo había sacado del poder y el país la derecha más sangrienta. Yo estuve en Plaza de Mayo y vi a los aviones de la Marina tirando contra la población civil que iba al trabajo. Iba con mi madre en el colectivo a clase de inglés, yo era chiquito, pero lo recuerdo bien.
- Es una vida atravesada por el peronismo la suya
Sí. Y como te decía, no debió de haber sido fácil cargar con todos esos baños de sangre, aunque hayan sido desencadenados por tu adversario, con haberte tenido que exiliar tras ser elegido dos veces presidente, todas esas cosas tienen que cambiarte.
- ¿Y qué sintió cuando muere Perón?
Sentí una tristeza enorme, un vacío espantoso, un dolor como si hubiera muerto un gran padre.
- Hablemos del presente. ¿Usted adhiere al gobierno kirchnerista?
Sí, pero no en todo, lo hago críticamente.
- ¿Cómo fue su acercamiento al kirchnerismo? ¿Qué aspectos o medidas del gobierno fueron las que empezaron a seducirlo?
Yo me fui del país después de la caída de De la Rúa, después de haber estado en la plaza el 19 y 20 de diciembre puteando y tirando piedras. Me exilié en Uruguay sintiéndome asqueado, estafado, sin plata, y no quería saber más nada.
Y cuando asumió Kirchner pensaba que iba a ser el mismo desastre, pero un día leyendo las noticias dije “mirá a quienes nombró en la Corte Suprema”, y desde ahí comencé a mirar con asombro y muy agradecidamente las medidas del gobierno. La Asignación Universal por Hijo, la recuperación de las las jubilaciones, el matrimonio igualitario, la Ley del intérprete, y como esas muchas.