La batería de medidas que anunció el Gobierno en materia de seguridad social producirá cambios significativos en la distribución del ingreso. El 10 por ciento más pobre de la población surge como el gran protagonista de los anuncios. Allí es donde recae la mayor proporción de recursos de los 16.803 millones de pesos adicionales que volcará la Anses en un año a partir de las subas de asignaciones familiares, Asignación Universal por Hijo y Embarazo y el plus por ayuda escolar.
Si los aumentos hubieran sido iguales para todos, sin diferenciar entre quienes más ganan y quienes están en la base de la pirámide, cada uno de los doce millones de hogares que existen en el país hubiese recibido 1319 pesos. Pero como los incrementos están sesgados en favor de estos últimos, las proporciones cambian notoriamente. El primer decil se quedará en promedio con 3991 pesos por hogar, mientras que el décimo, que agrupa a los más adinerados, obtendrá sólo 44 pesos.
Esa orientación de la ayuda social tendrá como efecto una reducción de la brecha de ingresos entre los más ricos y los más pobres. En 2012, los primeros ganaron 12,6 veces más por hogar que el primer decil. Con los incrementos de la AUH, asignaciones familiares y demás, la diferencia se achicará a 10,7 veces, según una estimación de la Anses en base a datos oficiales.
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