La emisión de dinero para financiar el gasto público no es generadora de inflación, sostiene un informe del Grupo de Estudios de Economía Nacional y Popular (GEENaP), en el que se puntualiza tambien que "no hay evidencia empírica de eso que plantean los economistas ortodoxos".
Las visiones heterodoxas de la economía suelen asociar la inflación a factores estructurales de las economías periféricas, tales como el precio de los alimentos exportables, los mercados oligopólicos y la puja distributiva. En cambio los economistas ortodoxos y opositores, sólo parecen señalar a un culpable del fenómeno inflacionario: la emisión para financiar el excesivo gasto público.
A partir de la difusión de escenarios sombríos sobre el devenir de la economía nacional, y mediante dudosas metodologías para medir la variación de precios, buscan generar expectativas negativas en la población, incentivando los comportamientos especulativos.
De acuerdo a la comparación realizada por el informe, mientras en 2009, la variación del IPC que elabora la consultora del economista Miguel Bein, fue de 15,5 por ciento anual, los adelantos transitorios al Tesoro crecieron 37 por ciento; y al año siguiente esas variaciones fueron 36 y 22,9 por ciento, respectivamente.
Asimismo, en 2011, el dinero girado por el BCRA se incrementó 22 por ciento, al tiempo que el IPC-Bein, lo hizo en un 22,5; en 2012, la masa de dinero al Tesoro trepó 71 por ciento, y sin embargo, la inflación según esa consultora fue de 23,8.
En tanto, el año pasado, con un aumento de 73 por ciento de los adelantos, la variación de precios, según Bein, fue de 25,5.
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