domingo, 13 de abril de 2014

ningún candidato ganaría hoy en primera vuelta y la mayoría no quiere grandes cambios

Sensación de que esto recién comienza cuando todavía faltan 16 meses para las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias que en 2015 que definirán los candidatos con chances para pelear por la Presidencia.
"Lo primero que muestra la encuesta es un escenario de alta fragmentación. Pero la proximidad de los candidatos nos ofrece otra lectura: si estos números se mantienen, la Argentina se enfrenta por primera vez a un escenario de segunda vuelta, donde ninguno de los candidatos parece tener el capital necesario para llegar por sí solo a la Presidencia", destacó Fabián Perechodnik, director de Poliarquía, para La Nación.
"Las candidaturas de Massa, Scioli y Macri parecen basarse, ante todo, en la fortaleza de sus personalidades políticas. Ellos ya están en carrera. Por el contrario, el conglomerado integrado por radicalismo, el socialismo y UNEN exhibe varias figuras, cuyo liderazgo se definirá en las internas. Por eso, aún no puede mensurarse el peso electoral de ese espacio, aunque es muy probable que sea competitivo".
El estudio también exhibe las preferencias de los votantes sobre el eje "continuidad-cambio" de las políticas del Gobierno. En ese sentido, el 46% expresó que votaría a un candidato que "cambie algunas cosas y continúe otras", el 33% indicó que elegiría a alguien que "cambie la mayoría de las cosas" y el 15% advirtió que preferiría a quien "continúe la mayoría".
"Hasta aquí la mayoría del electorado no quiere cambios absolutos respecto de lo que hizo el kirchnerismo, sino relativos. Hay una línea de continuidad, referida al valor del salario, el empleo y el consumo, que quiere conservarse. En cambio, existe la expectativa de que el nuevo gobierno mejore la seguridad y combata la inflación. Éste es un dato clave: el candidato que mejor lo interprete tendrá mejores chances", agregó Fidanza.
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qué dijo la gente del paro

Vista como politizada y destinada a posicionar a Moyano y Barrionuevo, la huelga tuvo poco apoyo. El alto rechazo a los piquetes que impidieron ir a trabajar, la pobre imagen de los sindicalistas involucrados en la medida, lo analiza en una encuesta Raúl Kollmann para Página.
Más de seis de cada diez trabajadores manifestaron su vocación de no adherir al paro. La mitad de ellos aseguran que trabajaron normalmente, un tercio dice que quiso ir a trabajar pero no pudo y el resto que lo hizo desde su casa. Del otro lado, la adhesión voluntaria al paro rondó el 32 por ciento, sumando a los que conscientemente no fueron a trabajar y los que quisieron parar, pero no pudieron hacerlo, tal vez por trabajar en una pequeña empresa privada o porque se decidió no adherir en su trabajo. Una sólida mayoría, que va más allá del 60 por ciento, considera que el paro fue impulsado por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo para posicionarse políticamente más que para conseguir mejoras para los trabajadores. También son más los que creen que el dúo Moyano-Barrionuevo no estuvo en contra de los piquetes, sino que los alentó, contrariamente a lo que ellos mismos manifestaron públicamente.
Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por Ibarómetro, la consultora que dirige el sociólogo Ignacio Ramírez, actualmente coordinador del Posgrado en Opinión Pública de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).