Confundidos, sorprendidos y desbordados, 24 horas después llegó a la tapa pero con esa reiteración que es demasiado gasto la construcción del formidable Centro Cultural Kirchner para estos argentinos que no se lo merecen.
Es natural recordar la vigencia de la leyenda urbana que generaron los pisos de parquet, en hábitat de buena calidad, distribuidos masivamente con sensibilidad social durante el primer peronismo. Se dijo y repitió por décadas que los cabecitas negras que los recibieron levantaban el parquet para hacer asados.
El mito gozó de buena prensa hasta la actualidad y divulgadores masivos de clases medias y altas. La moraleja era que los beneficiarios de un ascenso social tutelado por un estado benefactor eran invisibles, incompetentes, ignorantes, indignos en promedio de la equiparación de clase que la medida implicaba.
Solo la caridad de los explotadores del trabajo y la riqueza nacional debe cubrir algunas brechas.