En el año 1992, con motivo de cumplirse los 500 años del comienzo de la conquista de América (1492), Adolfo Pérez Esquivel estrena su obra artística más importante: el Via Crucis Latinoamericano.
La obra, motivada por la organización católica de cooperación internacional Misereor, consiste en un conjunto de 15 paños pintados en su totalidad por el Premio Nobel de la Paz, donde se relata el Vía Crucis de Cristo a través de las problemáticas que atraviesa América Latina, y también el mundo actual, las guerras de baja y alta intensidad, el hambre, las desigualdades sociales, las dictaduras, la represión, y los graves problemas ecologicos y medioambientales que hoy nos aquejan.
Posteriormente, esta obra maestra recibió el acompañamiento musical de la compositora argentina Amanda Guerreño y la realización de video del artista visual Juan Varni para la creación del Via Crucis Latinoamericano en formato audiovisual (ver video).