Cristina les dejó claro a Jonathan Blackman y Carmine Boccuzzi, los abogados del estudio Cleary, Gotlieb, Steen & Hamilton (CGS&H) que representan a la Argentina en el juicio que iniciaron los buitres contra nuestro país: no mencionarán oficialmente ante Daniel Pollack si está dispuesta a negociar en enero de 2015, y mantendrán su posición de ofrecer las condiciones del canje de 2010 a los bonistas.
Se especula que el negociador podría sondear a la
Argentina si efectivamente
estaría dispuesta a cerrar toda instancia de discusión en esta etapa y esperar hasta enero próximo, cuando ya no esté en vigencia la cláusula
Rights Upon Future Offers (RUFO).
Cualquier oferta que la Argentina haga hasta el último día hábil de este año podría ser interpretada como la decisión voluntaria de mejorar la oferta de los dos primeros canjes, y, entonces, activar la RUFO. Esto incluye tanto ofertas oficiales y extraoficiales del Gobierno argentino como acciones de los privados.
Por eso
hasta enero próximo no podrá tampoco
avalar las acciones de bancos privados y de inversión (nacionales o extranjeros), así como tampoco
operaciones voluntarias de agentes financieros como
George Soros o
David Martínez del fondo Fintech, o bancos y empresarios brasileños. Estas negociaciones
deberían realizarse bajo estricto criterio privado, sin intervención ni aval del Gobierno argentino, y cerrarse y presentarse luego de diciembre de 2014.