Sucedió ayer en Hernando, Córdoba. Autodefinirse como catador profesional de garrapiñada y luego vino el bailecito.
Mientras que en el país real nos enteramos que el consumo interno de cemento cayó en octubre 18,3 por ciento respecto de igual mes del año pasado, y que los despachos –que incluyen a las exportaciones del sector– retrocedieron un 17,7 por ciento, según cifras difundidas ayer por la Asociación de Fabricantes de Cemento Pórtland (AFCP).
Muy fuerte creer que la revolución de la alegría son esos pasos de baile ridículos.