Aquel 29 de Julio del 2014 Macri se acercó hasta la panadería de Gerardo Cinzano, un joven de 28 años, que lo invitó a través de Facebook. Gerardo trabaja en el negocio familiar que fundaron sus padres hace 19 años, a dos cuadras de la estación de El Jagüel.
En diálogo con El Diario Sur Cinzano comentó "Me llegó una boleta de gas de $ 3.500 y de luz de $23.000, hoy nos vemos en una situación muy complicada, realmente nos está costando, se nos hace muy cuesta arriba, mal, porque la situación no da para más. A mí me hubiese gustado que me hagan un reportaje diciendo que está industria funciona plenamente como debía ser, más allá de todo eso estamos sufriendo los aumentos y lo vital que es la harina, aumento el costo de la harina abruptamente, más allá de todo, nosotros estamos muy complicados porque no podemos aumentar nuestro producto porque la gente que compraba un kilo de pan ahora compra medio y el que compraba medio ahora compra dos flautitas".
Para finalizar agrego "Yo creía en este gobierno, incluso el presidente estuvo acá en mi panaderia, la gobernadora Vidal también estuvo acá, pero yo no quiero que me decepcionen, yo no tengo problemas de pasar de ser un mediano industrial a vender tortillas en la ruta, pero tengo miedo de dejar sin trabajo a la gente que trabaja conmigo".
Para finalizar agrego "Yo creía en este gobierno, incluso el presidente estuvo acá en mi panaderia, la gobernadora Vidal también estuvo acá, pero yo no quiero que me decepcionen, yo no tengo problemas de pasar de ser un mediano industrial a vender tortillas en la ruta, pero tengo miedo de dejar sin trabajo a la gente que trabaja conmigo".