-Sólo el
33,9 por ciento piensa que la economía mejorará en lo que queda del año.
-El
78 por ciento considera que no habrá evolución en los índices de pobreza.
-El Gobierno ni tiene mucha credibilidad
en la cuestión de la inflación: apenas el 28 por ciento cree que va a bajar.
-El 70 por ciento afirma que
no va a mejorar la situación de empleo.
-En materia de
inseguridad tampoco hay expectativas:
el 71,8 por ciento considera que no habrá mejoras.
-Cambiemos entrará a las elecciones
en un momento de bajísimas expectativas:
siete de cada diez personas dicen que no mejorará la economía, ni la inflación, ni la desocupación, ni la pobreza, ni la inseguridad.
-En base a esa falta de expectativas se dibuja un escenario en el que, globalmente, los que se consideran a sí mismos como opositores (45 por ciento) superan claramente a los que se ubican como oficialistas (27 por ciento), mientras que la llamada ancha avenida del medio está más estrecha, pero creció en el último mes (26 por ciento).
-El gran problema para los opositores es que están divididos y eso convierte a la elección en muy competitiva.
-Si se hace una evaluación del voto a nivel nacional –elección que no existe este año, es por provincias–, el FPV-PJ supera a Cambiemos por dos puntos, mientras que el Frente Renovador (FR), por ahora, se ubica lejos, a 20 puntos.
-La izquierda consigue algo más que el dos por ciento de los votos, siempre a nivel nacional.
-Hay que tener en cuenta que esta medición se hizo sin que estén todavía los candidatos, de manera que hay mucho camino por recorrer.