Si se podía escuchar a la Marcha los Muchachos Peronista y el hondo “Jijiji” de los Redondos. Se podían ver banderas azul y blancas y múltiples remeras con el rostro de Cristina Kirchner. Pecheras, chalecos y camperones de los sindicatos, pero también remeras y cabellos de colores vivos, cochecitos y mamaderas, bicicletas y bolsos cargados para hacer un picnic en familia. Son algunas de las postales de una Plaza de Mayo en la que que convocó a la gente en defensa de la democracia y en apoyo de la Vicepresidenta tras el intento de asesinato del que fue víctima.
Desde el momento que el fiscal Diego Luciani, solo 10 días atrás, expuso sus alegatos en el juicio por la obra pública contra Cristina, sobre quien pidió doce años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en el marco de la causa denominada "Vialidad", comenzó a incubarse y a exteriorizarse las expresiones de apoyo en las calles, especialmente alrededor de su departamento en la Recoleta dónde se expresaron con una marea espontánea, en gran parte, de apoyo popular que desorientó a la oposición.
Ayer sólo hubo emoción y lágrimas de quiénes sentían que estaban cumpliendo un deber con la historia.
Ya nada será igual. Este ampliado capital político con eje en el peronismo puede tener un efecto positivo en el año electoral 2023, y tendrá que administrarse con inteligencia, voluntad y sin soberbias en la reconstrucción del bloque histórico nacional y popular.
Nadie puede asegurar victorias. Pero los aires de septiembre, con todo el vigor y el dramatismo de un intento de asesinato a la principal referente política de nuestro país, muestran que es posible pensar en un futuro mejor.
1 comentario:
Hay esperanza. Y ayer fue una fiesta, viví todo lo que decís. Saludos.
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