Toda excusa para votar en contra del gobierno nacional vale si uno quiere ser un buen opositor a medida de ciertas exigencias de ciertos intereses.
A la clásica "no se de qué se trata pero me opongo" se ha ido sumando y perfeccionando nuevas excusas para estar en la vereda de enfrente aunque se trate de políticas de estado.
El teorema Baglini se mantiene vigente: "el grado de responsabilidad de las propuestas de un partido o dirigente político es inversamente proporcional a su distancia al poder".
Tomen nota.
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