Veamos una muestra de la calidad institucional republicana de los republicanos.
El martes, el gobernador Eduardo Brizuela del Moral viajó a Chile para participar de un encuentro de gobernador con el presidente Sebastián Piñera, y dejó a la presidenta del Senado, Marta Grimaux de Blanco a cargo de la Gobernación.
La maniobra incluía la ausencia de la senadora, para que asumiera la gobernación el titular de la Cámara de Diputados, Luis Eduardo Barrionuevo, un radical que mantiene agudas diferencias con Brizuela, y sacarlo del recinto el día en que se elegirían las autoridades de la Cámara.
El martes a la tarde, Barrionuevo dijo que convocaría a una reunión para ser "
el gobernador del consenso".
Sin embargo, el oficialismo tenía preparada otra jugada casi grotesca:
mandaron a desinfectar las oficinas de la Casade Gobierno para que Barrionuevo no ocupara el sillón del gobernador.
Al ver venir la maniobra del gobierno para quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados, Barrionuevo envió una nota diciendo que tenía que ausentarse de la provincia.
Por eso, entre la noche del martes y la mañana del miércoles, no hubo gobernador en Catamarca.
Recién a la mañana siguiente, cerca de las 11, el ministro de Gobierno, Javier Silva, y la escribana de la Gobernación llegaron al despacho de la jueza
Amelia Sesto de Leiva, Presidente de la Corte de Justicia de Catamarca, y le notificaron que debía hacerse cargo de la gobernación.
La jueza debía entregar los diplomas a los candidatos electos del Tribunal Electoral el 13 de marzo.
Al final, cuando la jueza participaba de ese acto,
llegó inesperadamente Barrionuevo, quien se sentó en primera fila junto a ella y se quedó con la gobernación.
El papelón tuvo como corolario la suspensión de la sesión de la Cámara de diputados.