Vamos a reconocer que esto que cuenta la revista Fortuna como muchos medios sea cierto.
¿Es producto de un capricho de Moreno, acaso?
¿No tiene el estado argentino esa herramienta graduable de estrategia de negociación para ser utilizada soberanamente?.
¿No lo hace Brasil cuando observa alguna importación que debilita sus intereses nacionales y cuántas veces tuvimos que negociar con Brasil frente a hechos consumados?
¿Cuál es el pecado de que el gobierno argentino proteja a su industria y establezca mecanismos de negociación en su comercio internacional?.
¿Qué intereses defienden en realidad estos artículos periodísticos?.
No sólo alimentos, productos como calzado, juguetes, electrónicos y neumáticos, no pueden ingresar al país hasta no tener el visto bueno del secretario de Comercio, Guillermo Moreno. El número de bienes cuya importación está restringida o directamente prohibida supera los 500.
Incluso hay insumos industriales demandados por las propias empresas argentinas como bielas, contrapesos y torres para equipos de bombeo de pozos petrolíferos, chapas de hierro o acero, sistemas de encendido para automóviles, calefactores eléctricos, cierres de cremallera, encendedores para cocina, fibras de poliéster discontinuas, hilados de polipropileno, materias colorantes orgánicas y bombas para líquidos refrigerantes, entre otros. Los países más afectados por estos obstáculos son los principales socios comerciales del país: China, Brasil y la Unión Europea.
