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Algo se está preparando en las modificaciones sociales y políticas.
Por supuesto el Príncipe es el hijo del Rey.
De Olmedo -"Cepillo, Alfredito o Junior", para otros-, el hijo del Rey de la Soja, se cree que explota cerca de 400 mil hectáreas propias y admite que el 95 por ciento de lo que siembra es suyo.
Es uno de los señalados como responsable del desmonte que provocó las inundaciones de Tartagal. Se identifica con Alfredo De Angelis y sostiene que su único referente es Dios.
En 1996 recibió a buen precio y con crédito unas 60 mil hectáreas de tierras fiscales; y en 2005, el ex gobernador Juan Carlos Romero le arrendó por 50 años unas 365 mil hectáreas –a 0,56 centavos la hectárea– antes ocupadas por la compañía Salta Forestal. Son tierras con lluvias ideales para la soja. Entonces vivían unas 110 familias campesinas. Hoy resiste en sus ranchos apenas un puñado de ellos.
Hoy el Príncipe de la soja, lanza oficialmente su candidatura para diputado nacional por el frente “Salta Somos Todos” en el estadio Delmi en la provincia de Salta. Junto a Olmedo estarán presentes sus compañeros de fórmula, Delia Garkus y Juan José Ortiz.
El acto, que tendrá comienzo a las 20 horas, será un show de música folclórica y tropical con variadas presentaciones: David Leiva, Mariana Cayón y Sergio Galleguillo y los Amigos. En la entrada, todos los asistentes recibirán un número, con el que participarán del sorteo de un Volkswagen Gol 0 kilómetro y al menos dos o tres motocicletas. Además, habrá premios especiales para aquellas personas que asistan vestidas de amarillo, el color preferido de Olmedo.
El candidato para diputado consiguió en 2007 una banca en el Senado de Salta empujado por una campaña millonaria y con un polémico recuento de votos. Su gran proyecto fue impulsar un “reordenamiento territorial” que permitía el desmonte de cinco millones de hectáreas. Ahora quiere conseguir una banca en el Congreso de la Nación. Y ya lanzó su primera propuesta: que vuelva el servicio militar obligatorio.
La nueva clase social que emerge luego de la revolución sojera, desarrolla su presencia política.
Leamos una nota de La Nación del 2006.