Los mismos fueron remitidos a Oscar Moscariello (que preside la legislatura porteña) por Sandra Bergenfeld, titular de la Auditoria y se trata del camino institucional correcto.
Los informes que adjuntamos completos apuntan a:
1) Irregularidades detectadas afectan al núcleo de la administración porteña.
2) “Baja confiabilidad de las bases de datos de la DGHP”.Y la “La cantidad de habilitaciones otorgadas informadas como ejecuciones presupuestarias no coinciden con las habilitaciones otorgadas que surgen de la base del Colegio de Escribanos", al borde una denuncia penal.
3) La gestión de inspecciones realizada en el 2008 de otra área clave, la Dirección General de Fiscalización y Control, contiene una enorme cantidad de observaciones. Paradójicamente, los auditores fueron a las oficinas de la dirección en cuestión y se encontraron con que el edificio de los inspectores, curiosamente, no cumple las normas locales, por lo cual no debería estar habilitado. Es evidente que los inspectores olvidaron inspeccionarse. También cuestiona el informe una serie de irregularidades en los libros de inspecciones y serias deficiencias de planificación. El nivel de cumplimiento de los objetivos que surge de la auditoría es de apenas el 41,5%.
4) Entre otros descubrimientos, en este caso similar al de las habilitaciones truchas, el informe detectó que en la ciudad funcionan 11 geriátricos que no figuran en la base de datos de los inspectores.
Informe Final de Autiroría año 2008 (1).
Informe Final de Auditoría año 2008 (2).