Las últimas horas de
Carlos Bianchi como director técnico de Boca no tuvieron a
Daniel Angelici tan convencido de la decisión que finalmente tomó cuando cayó la noche, luego de ese último llamado.
Es que sobre el mediodía le solicitó al técnico una reunión en su casa de
Avenida del Libertador 4.400, a la cual también invitó al secretario
César Martucci donde
no se pusieron plazos para la continuidad de Bianchi. Después, durante la tarde,
en el predio de Casa Amarilla el técnico, de buen semblante, dirigió el entrenamiento.
Simultáneamente
Angelici consultaba a sus pares y estos se mostraban, uno a uno, sorprendidos de que no le hubiera pedido la renuncia, algo que en la medianoche de la víspera tenía decidido y hoy entró en duda después de hablar con el "Virrey".
En ese momento llegó la llamada de
Mauricio Macri, apurado también por sus tiempos electorales hacia el 2015, quien le ordenó de que debía tomar una decisión, y esa no era otra que
el despido del técnico.
Con esa premisa fue que
Angelici decidió cortar entonces con un ciclo que, de haberse interrumpido en diciembre pasado por potestad de la directiva, según le asistía en el contrato,
no le hubiera contado ni un peso de indemnización al club.
Ahora debe abonar al técnico despedido unos cuantos millones de dólares.