Aunque no hay que ir tan adelante: en el primer trimestre de este año aumentó su valor en un 47% y la tonelada supera los 7600 dólares. Con el litio se hacen baterías para elementos electrónicos, desde celulares hasta automóviles, y se usa para almacenamiento de energía.
La Argentina tiene un 20% de los yacimientos mundiales. La quita de retenciones y el precio en alza son un señuelo inmejorable para las mineras. La oleada de empresas privadas extranjeras que se internan voraces en el extractivismo de la materia prima ya arrancó. Lo que se pierde es el proyecto del litio como una industria nacional.
La “Arabia Saudita del litio” la conforman Chile, Bolivia y Argentina. En Bolivia (que concentra el 40% de los yacimientos) su procesado lo maneja el Estado, y lo destina en su mayor parte a proveer de energía renovable a la población. En Chile (con el 20% de reservas mundiales), un escándalo entre empresas y funcionarios frenó las concesiones.
En ese marco, la Argentina surge como la nueva meca para las mineras, que transportan la materia prima hacia los puertos del Pacífico.
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