La jueza
Arroyo Salgado determinó que el espionaje se había concretado mediante técnicas informáticas conocidas como
“hacking y pishing”.
El
hacking es un término general que implica que los imputados accedieron
a las direcciones del correo de las víctimas y las utilizaban paralelamente para entrar y extraer la información. Las direcciones quedaban grabadas en los servidores que se utilizaban. El
pishing es más específico: se refiere a un metodo engañoso en el que
mediante falsos mensajes se pide información sensible o personal al titular de un correo o cuenta para robar su identidad.
Entre los principales damnificados se encontraban l
a presidenta Cristina Fernández desde que ejercía como senadora de la Nación; el gobernador
Daniel Scioli desde que era vicepresidente;
Alberto Fernández cuando era jefe de Gabinete; la entonces ministra de Defensa
Nilda Garré; el ex canciller
Jorge Taiana; el entonces cónsul en Nueva York
Héctor Timerman; el embajador de la época ante la ONU
Jorge Argüello, y otros ocho funcionarios de primer nivel entre el 2006 y el 2008, principalmente.
El periodista
Carlos Pagni de La Nación hoy no analizó su procesamiento en su columna. Fue imputado por
“obtención de secreto por revelación y encubrimiento agravado”.
Y Juan Bautista Yofre sería el jefe de un ‘microemprendimiento ilegal’ para la obtención de información sensible al interés nacional.