-La
Unidad Fiscal para la Investigación de la causa AMIA (UFI AMIA) cuenta con 45 empleados, diez ellos contratados. Es decir que no pertenecen a la planta permanente.
-“Algunos no se sabe quiénes son, qué función cumplen ni cuánto cobran. Es gente que no solía reportarse en la fiscalía. Todavía no se presentaron a declarar, así que no estan identificados”, confirmó a
Infojus Noticias una fuente con acceso a la causa. Se trata de profesionales de diversa índole,
con sueldos más altos que la media de la Procuración General.
-Lagomarsino gana tres veces más que cualquier empleado informático del Ministerio Público Fiscal. A su vez, contrariamente a lo que dijo su defensor Maximiliano Rusconi, los recibos de sueldo eran firmados por Nisman y no por la procuradora Alejandra Girls Carbó.
-Otra de las personas que colaboraba a la par con el fiscal era el abogado Claudio Rabinovich, que también solía visitar al fiscal en su despacho personal o en su departamento de Puerto Madero. De acuerdo a lo que informó el periodista Néstor Espósito días atrás en el diario Tiempo Argentino, la fiscal Fein pidió a la Procuración General el legajo personal del letrado, “ya que trabajaba en similares condiciones de Lagomarsino bajo órdenes de Nisman, por un sueldo de casi 33 mil pesos por mes”. “No está claro, al menos hasta ahora, qué tareas desempeñaba”, señaló Espósito.
-¿Qué tipo de relación unía a los 10 contratados con Nisman? ¿Cuáles eran sus tareas específicas en la investigación por el atentado a la AMIA? Son preguntas que hoy se hacen los investigadores.
-Desde su creación, hasta lo pautado en el Presupuesto Nacional para este año, la Unidad Fiscal tuvo un constante incremento de recursos para funcionar. Entre 2006 y 2015 el presupuesto del área pasó de más de 4 millones de pesos a casi 32 millones para este año. Desde su origen estuvo comandada por Nisman. Su nombre figuraba en la propia resolución y también mencionaba al fiscal que lo secundó en un principio, Marcelo Martínez Burgos. Tras la muerte de Nisman, hasta que Gils Carbó asigne un nuevo fiscal, la comanda Alberto Adrián Gentili.
-Si bien no hay un protocolo específico que delimite el funcionamiento de la Unidad Fiscal, fuentes policiales dijeron que tenía autonomía para el manejo de los recursos humanos. En el caso del personal informático, hay dos empleados que trabajaban en planta permanente. Sin embargo, según las fuentes, Nisman le confiaba en privado la información más importante a Lagomarsino, que pocas veces pisaba la Unidad Fiscal.
-La mayoría de los empleados se enteró de la denuncia del fiscal pocos días antes de que la presentara, y sólo los más cercanos sabían que la preparaba hacía cuatro o cinco meses.