Primero fue la la intempestiva dimisión en el club
Alvarado dio los primeros indicios respecto de su alejamiento de
Mar del Plata, ciudad que lo vio nacer.
En esa oportunidad, los motivos no quedaron del todo claro, a pesar de que
se habló de decepciones en torno al manejo de la institución, de promesas incumplidas por parte de algunos dirigentes y de hastío ante la imposibilidad de controlar a las facciones de la barra brava.
Del mismo modo, trascendió que
Facundo Moyano se habría cansado de que lo exprimieran y, en medio de un dilema de índole personal, se habría sentido defraudado por sus referentes locales.
Incluso, esas sensaciones también lo habrían forzado a dejar
“en banda” a ciertas agrupaciones de trabajadores, que, con su apoyo y experiencia, tenían la intención de constituirse bajo una forma gremial.
Sin embargo,
algunos analistas van más allá y ven un trasfondo político al asunto, lo cual parece confirmarse con la colocación del cartel con la leyenda
“se alquila” en el local marplatense de la
Juventud Sindical, plataforma de su anhelo más reciente.
Era vox populi que el legislador y sindicalista
pretendía llegar a 2015 con una sólida imagen que le permitiera postularse como candidato a intendente de General Pueyrredón.
Todo parece indicar que ha dado un paso al costado en su propia ciudad. ¿Sólo ahí?.