Se sabe que en aquellos años de plomo La Nación militó en un apoyo pleno. Lo significativo que ahora sea el medio elegido del dictador Jorge Rafael Videla que utiliza a través de una carta desde la cárcel dónde niega haber dicho que el asesinato de "7.000 u 8.000 personas" fue el "precio que había que pagar" para "ganar la guerra contra la subversión”, como afirma el libro Disposición final, del periodista Ceferino reato.
Aseguró que el número de muertos mencionado en el libro responde a "una interpretación personal" del periodista, y lo atribuyó a "alguna ambigüedad producida por el entrevistado (en referencia a sí mismo) en su afán de responder con amplitud”.
Como respuesta, Reato dijo que ratificaba todo lo escrito en el libro, y aclaró: “Videla pudo revisar todas sus respuestas y, de hecho, realizó diversas sugerencias de puño y letra, como consta en los originales que conservo”.
El represor Jorge Rafael Videla, condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad, se siente cómodo vertiendo en La Nación, como en aquellos años, sus opiniones.
Ahí no interesa ejercer el militante "queremos preguntar".