–¿Qué expectativas tiene?
–Veo una distancia menor de algo que no sabés si finaliza para convertirse en oposición, porque no se sabe cuál va a ser la cabeza de la continuidad, y
desconozco qué pito puede llegar a tocar Daniel Scioli dentro del oficialismo. Yo
sigo creyendo que el kirchnerismo es el único que puede provocar algún tipo de discusión o elemento de tensión que permita pensar en términos de más profundidad de las políticas, o bien, cuáles son las dificultades de esas políticas o lo que no se completó
. La oposición, en cambio, es una especie de ciudadano indignado que hace como si acá no hubiese pasado nada y todo lo que pasa, ocurre hoy. Es una estrategia bastante berreta e inocua, vacía de contenido. No tengo en claro las propuestas de la oposición, que intuyo van a ser para peor, como tampoco si llevarán adelante políticas transformadoras.
–No se lo nota muy optimista.
–Uno siente y se alarma ante la posibilidad del desgaste del poder formal y su lucha con el poder real. Hay sectores que impulsan un diálogo en términos de una eficacia política que en realidad no es más que un diálogo entre ellos.
No sé que podrá pasar con YPF o con las AFJP con otra estructura política. No sé qué puede pasar con lo que se avanzó y con la resolución de lo que no se avanzó.
–¿Lo asusta el 2015?
–No sé lo que viene. ¿
Quién puede tener la alternativa de poder? Me parece que en UNEN hay una izquierda moderada… y
creo que el kirchnerismo está más a la izquierda de la sociedad que UNEN, un proyecto deshilachado como otros con
esa figura de Carrió que es una especie de patán declamador casi místico que pasó de dos millones de votos a 600 mil o 400 mil. Hay palabras de otros que chocan contra Lilita, como si a esas palabras se las comiera ella.
Me puedo imaginar a Massa posicionándose con otros sectores del peronismo pero no tengo una expectativa de mejora. En algún punto, lo de Massa es más previsible. El miedo es que se arrase en lo económico, eso de que todo lo que se hizo no sirvió, como cuando los profesores dicen: “Chicos, ahora a clases”. Hablo de posibles escenarios, como el tipo que viene a anunciar
políticas de privatización manejadas de “otra manera”, eso asusta. También creo que
el tema de los enjuiciamientos a los represores puede ser un “hasta acá llegamos”. Hay un peligro de que eso quede a la distancia pero
se va a seguir peleando y un ejemplo es el de Estela de Carlotto, que es una figura que se abre a la gente. Su lucha y su logro no sólo tocaron a los que tenemos algún interés por la reparación y el pedido de justicia. Los derechos humanos, para algunos sectores no son de importancia. Quizás ese capital simbólico no se toque y sí otros elementos más relacionados con lo económico.
(Entrevista completa la podés leer
por acá).