Superada la sorpresa inicial y sus propias declaraciones públicas en apoyo a
Hillary Clinton en las elecciones norteamericanas, el gobierno de
Mauricio Macri comenzó ayer a gestionar intensamente la posibilidad de acordar
un primer contacto telefónico del Presidente
con el primer mandatario electo de los Estados Unidos,
Donald Trump para ver los caminos de la continuidad de la relación bilateral.
Las negociaciones quedaron en manos de la canciller
Susana Malcorra, seguramente una de las funcionarias de Macri más golpeada por sus errores de estimación y operaciones a favor de los demócratas.
Paralelamente se iniciaron contactos con el principal candidato a ocupar la Secretaría del Tesoro estadounidense, Jamie Dimon, CEO de JP Morgan Chase & Co con oficina en Nueva York, con cierta línea directa con Alfonso Prat Gay. De hecho, el ministro de Hacienda y Finanzas tiene como asesor a Vladimir Werning, exdirector ejecutivo y jefe para América Latina del JP Morgan.
Están gestionando recuperar la relación bilateral con esa llamada telefónica entre Trump y Macri para este fin de semana entre quiénes se conocen de tiempos de negocios inmobiliarios, evasión de impuestos y salidas nocturnas en EEUU.
Todos saben que algo se rompió.