Graciela Camaño le había ganado la pulseada como primera candidata en la provincia de Buenos Aires de Consenso Federal y rechazó ser candidata a gobernadora de ese frente "porqué evidentemente le restaba votos a María Eugenia Vidal", pocos, pero en esta fina ingeniería oficial tenían alto valor. Alguna operación desde el macrismo o cruce de llamadas con voceros del gobierno podemos suponer que hubo, sin margen de error.
Margarita Stolbizer, mientras promueve en los programas de TV afines su libro anti Cristina, obsesión digna de la psicología y otras ciencias, termina arreglando con el marido de Camaño, el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo en el armado de la CABA donde llevan a un radical disidente como candidato a jefe de Gobierno, a Carlos Campolongo como diputado y a Julio Bárbaro senador.
Como vemos nuevamente los límites de Stolbizer, y de todas y todos los republicanistas, son flexibles. Mucho.
Como vemos nuevamente los límites de Stolbizer, y de todas y todos los republicanistas, son flexibles. Mucho.