La joven subió una copia del mail a su cuenta de Twitter (@barbylanata) y se armó la polémica. Mientras gente mala se burlaban de ella y del padre por querer conseguir zapatos gratis, ella contestó: “yo pago mis zapatos! Los pedía para el programa. Es una modalidad que se usa en tele!”.
En el verano ya le había pasado lo mismo con el restaurant Justiniano de Mar del Plata. El dueño rechazó hacer un acuerdo de canje con Lanata porque no comparte su línea editorial.
La famosa extorsión lanatista que ahora se victimiza. ¡Qué berreta, che!!!!