Desde algunos comunicadores y medios hegemónicos se resisten a la realidad del suicidio. Necesitan que se trate de un asesinato o un suicidio inducido que lo conecte al gobierno nacional.
Una de las últimas personas que vio al fiscal federal Alberto Nisman con vida fue un empleado de la fiscalía especializada UFI-AMIA, que investiga desde 2004 el atentado a la mutual judía. Lo confirmó en una entrevista televisiva Viviana Fein, la funcionaria a cargo de la pesquisa por la muerte. Este colaborador, que ya declaró en sede judicial, fue quien le entregó el último sábado a Nisman el arma Bersa calibre .22 -registrada a su nombre- que encontraron debajo de su cuerpo y en el medio de un charco de sangre. Se la había pedido el propio Nisman.
Durante el fin de semana las tapas de los diarios nacionales se ocuparon de la denuncia. En el palier del piso 13 del departamento de Nisman en Le Parc esos mismos diarios descansaban en el suelo. Ese dato, sumado a que no contestaba los llamados a la hora que habían pactado alertó a los custodios de la Policía Federal. Se comunicaron con su secretaria que llamó a la madre del fiscal y con la ayuda de un cerrajero entraron al departamento. En el baño encontraron su cuerpo.Una de las últimas personas que vio al fiscal federal Alberto Nisman con vida fue un empleado de la fiscalía especializada UFI-AMIA, que investiga desde 2004 el atentado a la mutual judía. Lo confirmó en una entrevista televisiva Viviana Fein, la funcionaria a cargo de la pesquisa por la muerte. Este colaborador, que ya declaró en sede judicial, fue quien le entregó el último sábado a Nisman el arma Bersa calibre .22 -registrada a su nombre- que encontraron debajo de su cuerpo y en el medio de un charco de sangre. Se la había pedido el propio Nisman.
Las pericias confirmaron que no hubo participación de terceras personas. Pero el país real convive con otro país que necesita de la duda y la sospecha.