El sábado 27 de mayo de 2000, cuando Boca buscaba en la era macrista su tercer título local (torneo Clausura), los barras tiraron tres bombas de estruendo apenas empezado el partido en la cancha de Newell's Old Boys. Suspensión y quita de tres puntos.
La extorsión daba éxito: eran barras cercanos a Rafa Di Zeo, que buscaban legitimidad para ser incluidos en la nueva cadena de la felicidad. Su premio final fue Tokio, ver a Boca ganándole 2-1 a Real Madrid.
Durante estos 15 años la relación de conducción del club del PRO con barras bravas, su metodología y negocios fue permanente. Lo repasan por acá.
Mientras para él el culpable es "algo" que está pasando con los valores del país.
Mientras para él el culpable es "algo" que está pasando con los valores del país.