Confieso que no tengo pasión navideña. Tal vez por el clima de saludos y brindis y de fin de año un poco sí. Pero no lo siento y no hace muchos años que descubrí que no era una lejana permanencia de una rebeldía adolescente que no terminaba de madurar.
Tampoco pruebo ya esos turrones y nueces y todo ese dulce heredado de lejanas culturas que necesitan esas calorías.
Pero esta Kerida Navidad me voy a permitir brindar con los más cercanos y con aquellos que no conozco personalmente pero que tengo un afecto logrado por luchas compartidas y logros conquistados.
Me quedo con eso, con los heroicos 14 de agosto y 23 de octubre, la de un pueblo movilizado.
Me quedo con el vértigo final de esta legislatura recuperada, mensaje para los próximos años.
Me quedo con este Pepe Mujica, el de la solidaridad malvinera que es mucho más que un gesto.
Me quedo con Hebe, de roca y sangre, hoy más que nunca.
Me quedo con Ella, más Jefa siempre.
Me quedo con vos, lector diario, militante anónimo o conocido de estas redes maravillosas que vamos descubriendo juntos.
En esta Navidad entonces sí. Esta Kerida Navidad, sí, brindo con sinceridad y alegre y esperanzado.
Felicidades.
