Como en la década del 40 cuando Winston Churchill rogaba sin pudor a los aliados en Yalta que "no dejen que la Argentina se convierta en potencia, arrastrará tras ella a toda América Latina" o festejaba luego en el 55 que "la caída del tirano Perón en Argentina es la mejor reparación al orgullo del Imperio y tiene para mí tanta importancia como la victoria de la segunda guerra mundial, y las fuerzas del Imperio Inglés no le darán tregua, cuartel ni descanso en vida, ni tampoco después de muerto".
Ese relato lo actualiza en público en estas horas el Financial Times y lo expresa regional Jair Bolsonaro como vocero regional de aquellos intereses y con una impúdica injerencia en asuntos internos de otros países. Siempre tuvieron en claro que el peligro de pérdida de influencia de las grandes potencias es el peronismo. El de Juan Perón y el de los Kirchner.
No van a dejar de hacer nada de lo legal o ilegal en este año de elecciones presidenciales para seguir manteniendo el dominio en un mundo que está cambiando de ejes de decisiones. Además cuentan con la financiación electoral del FMI generando una deuda récord que tendrán que hacerse cargo los argentinos.
No estamos solos pero va a depender de lo que hagamos nosotros ahora y aquí, como siempre.