Sostienen que persisten los ecos por el supuesto diagnóstico del periodista y médico, quien la semana pasada difundió que la
Presidenta padece de “
síndrome de Hubris”.
Entre las planas 10, 11 y 12
, Página edita un artículo titulado:
“Repudios y críticas a Nelson Castro”. Allí recuerda la supuesta revelación que hizo la semana pasada en su programa “El Juego limpio”, que se transmite por la señal TN.
Abundan
las voces calificadas en contra del periodista y médico. Por lo tanto,
el matutino incluye las opiniones del director de Bioética del Hospital de Clínicas, Juan Carlos Tealdi; el presidente de la Federación de Psicólogos de la República Argentina (FePRA), Mario José Molina; el psicólogo y exdiputado Leonardo Gorbaez; la psicóloga y psicoanalista Beatriz Janin.
Puntualmente,
Tealdi explica por qué
Castro incurrió a una
“falta de ética” porque no resguardó la integridad de la persona
. Nicolás Lantos, por su parte, trata de decodificar cuál pudo haber sido el mensaje político del periodista que tiene su programa semanal en
TN y que escribe los domingos en
Perfil.
A propósito de su columna en el bisemanario, el
defensor de los Lectores Julio Petrarca le dedica a
Castro su columna semanal. Analiza la tapa del diario del domingo pasado, donde en la foto central se incluyó una foto de
Cristina Fernández post-PASO y se anunció que rige un
“alerta médica” sobre su figura. Allí, sin rodeos ni vueltas, se pregunta: “
¿Cuáles son las fuentes que fundamentaron los asertos del periodista? No hay ninguna reconocible, no hay un origen cierto y probado de la información, y esto hace menos creíble la versión”.
Petrarca, sin poner en duda los conocimientos médicos de
Castro, desliza: “
Sé por fuentes confiables y coincidentes que el humor presidencial no es agradable en estos tiempos, pero fundar en esto un cuasi diagnóstico a distancia y transformarlo en el núcleo de una nota es de una temerosidad asombrosa”. Y termina enviándole un mensaje a los editores: “
Habituado a derramar sus opiniones en las columnas dominicales de este diario y en sus espacios de radio y televisión, el autor olvidó que estaba escribiendo un artículo informativo, y marginó de él, de buena parte de él, la información, para dejar paso a sus impresiones”.
(Recopilación del portal DsD).