El radicalismo festejó ayer aliviado: en el escrutinio definitivo logró mantener el segundo puesto, abajo de Cristina de Kirchner en 38 puntos, cuando hasta último momento existió el temor de perder ese lugar en manos de Eduardo Duhalde. La diferencia que dejó el escrutinio provisorio entre Ricardo Alfonsín y ese tercer puesto fue de sólo una décima, por lo que cualquier distancia podía dejar al radicalismo al borde del papelón de caer un lugar. Aunque fuera más que nada una cuestión de imagen, esa posibilidad aterraba a los radicales.
Dicen que los festejos duraron hasta esta madrugada.