El sábado pasado, el tranquilo pueblo de Sampacho, en el sur cordobés, se vio alterado a la hora de la siesta. El cura local, Osvaldo Pablo Leone, desplegó un exorcismo a lo largo y a lo ancho de las doce cuadras por doce que tiene el pueblo. Echando bendiciones en una camioneta 4 x 4, y bien provisto de kilos de sal, fue recorriendo las calles secundado por tres camiones regadores municipales cargados de agua bendita. Y así concretó la ceremonia no ya a una persona o un lugar puntual, sino al mismísimo pueblo.
El intendente que autorizó el exorcismo, Jorge Devalle, de Cambiemos, perdió las últimas elecciones locales, y su mandato dura hasta diciembre.
3 comentarios:
La mafia, perdón, "Dios" obra de maneras misteriosas...
sumele lo de Pallarols de hoy, la "armonización de la Casa Rosada en dic 2015, el retiro de cuadros de próceres y mobiliario por malas ondas, la "obra de arte" Escalera al infierno y saque sus propias conclusiones acerca de en manos de quiénes eligió ponerse el pueblo argentino. (no lo nombro porque es mufa).
Bueno, hay que ponerse en el lugar del virrey, pobrecito... miren si a alguno se le ocurre meterle el bastón engualichao en algún orificio incómodo y, ya sabemos, comedidos no faltan...
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