Martín Piqué en Tiempo:
Los últimos quince días se convirtieron para Alberto Fernández en un anticipo –una suerte de laboratorio- de lo que será una relación estratégica para un presidente en ejercicio que proviene del peronismo y que representa a una coalición de impronta popular: el vínculo con los dirigentes sindicales. Se trata de un contacto permanente, se supone que facilitado por las afinidades ideológicas o partidarias, pero siempre condicionado por una serie de complejidades, tensiones y conflictos.
Nicolás Balinotti en La Nación:
Alentados por Alberto Fernández, un grupo de dirigentes de la CGT y de la Unión Industrial Argentina (UIA) trabajan en conjunto en un programa económico para la producción y el trabajo, cuyo eje estaría en la previsibilidad cambiaria, avanzar con un acuerdo de precios y salarios "relativos", fomentar más exportaciones y proteger la producción nacional.
"Hablen con la CGT, la CTA y con [Hugo] Moyano", dijo, al despedirse, Alberto Fernández a la cúpula de la UIA, que lo recibió el miércoles último en el primer piso de la sede fabril de Avenida de Mayo.
Los industriales se quedaron satisfechos con la respuesta del candidato, que se comprometió a habilitar negociaciones sectoriales sin imponer reglas generales de flexibilización.
"Hablen con la CGT, la CTA y con [Hugo] Moyano", dijo, al despedirse, Alberto Fernández a la cúpula de la UIA, que lo recibió el miércoles último en el primer piso de la sede fabril de Avenida de Mayo.
Los industriales se quedaron satisfechos con la respuesta del candidato, que se comprometió a habilitar negociaciones sectoriales sin imponer reglas generales de flexibilización.
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