Cerca de cumplirse la década de la gran crisis socioeconómica que lo tuvo de protagonista:
"¿Se arrepiente de algo?", l
e pregunta O Globo, a lo que el ex ministro responde:
"Haria apenas una cosa diferente. La reestructuración ordenada de la deuda, a fin de reducir las tasas de interés, que se lanzó en noviembre, que debería haber lanzado en septiembre".
Antes, el ex ministro consideró que
Grecia debería hacer un estricto ajuste fiscal para evitar la salida del euro y una megadevaluación, aunque advirtió que la moneda europea se encuentra en un nivel elevado, frente a otras monedas, como el dólar.
Como ministro de la Alianza, defendió todas sus medidas, incluso el corralito, ya que, bajo su criterio
"no había otra salida", aunque reconoció que esa decisión le dio la excusa a los que llamó
"maníacos de la devaluación".
No dudó en afirmar: "No me arrepiento de haber ingresado en el gobierno de Fernando de la Rúa", tras lo cual habló sobre su relación con Kirchner, a la que definió como "muy buena". Igual, afirmó que su gobernación estuvo favorecida por la convertibilidad y que tuvo "mucha suerte" por la "prosperidad internacional" que existió mientras fue presidente. También resaltó que Cristina, "su esposa también fue muy afortunada".
La falta de alternativas y la suerte suenan como mágico en la política. Podría hablarse también de la voluntad para representar a los pueblos o resignarse al mercado.
Sería más honesto.