No es el principal socio comercial de
Argentina como señalan hoy desde algunos medios nacionales con alguna detestable picardía.
Brasíl, EEUU, China y la región europea están por arriba en el peso de la relación económica.
Lo que si podemos afirmar que más allá de las conocidas coincidencias políticas de ambos países, es cierto que la relación estuvo asentada sobre las bases de un
creciente intercambio económico como con la mayoría de los integrantes de la región.
Podemos apreciar que ese intercambio comercial avanzó de manera exponencial durante los últimos nueve años, ya que en
2003 rondaba los
200 millones mientras que en
2012 se ubicó por encima de los
3.700 millones de dólares. De este último total,
1.400 millones de dólares correspondieron a importaciones argentinas (esencialmente combustibles), mientras que los u$s2.300 millones restantes fueron exportaciones al país caribeño.
Se incrementó
a partir de 2004, cuando la
Argentina aumentó sus importaciones de
gasoil y fueloil provenientes de la estatal
Petróleos de Venezuela (Pdvsa), mientras el gobierno de
Hugo Chávez importaba bienes y servicios argentinos por el mismo valor. Cada año,
Pdvsa le vende a la Argentina combustibles por entre 800 y 1000 millones de dólares, unos 24,6 millones de barriles diarios de hidrocarburos que Pdvsa, que en la mayoría de los casos fueron usados por la petrolera Enarsa y Cammesa (administrador del mercado mayorista eléctrico).
Por su parte,
Venezuela nos compra
leche en polvo, maquinaria agrícola, carne, ascensores, medicamentos y productos tecnológicos, donde hace menos de un mes argentina logra la implementación de la
Televisión Digital Abierta (TDA) para en
Venezuela, por la que se vendieron mas de
300.000 decodificadores por un monto de 200 millones de pesos.