Los rostros crispados.
Al cumplirse su primer año de gestión Mauricio Macri son casi nulos los puntos a favor de la misma. Casi inexistentes. Incluso en los medios oficialista les cuesta encontrar en el balance puntos a favor.
Uno de ellos que comenzaban a insistir como "un logro y diferenciación de los años anteriores" se ha destruído en estas horas. Mostrar la imagen de un gobierno que "dialoga", que "busca consensos" y el "trabajo de todos juntos" se exhibía como un acierto de Cambiemos. En las últimas semanas se derrumbó frente a la realidad de sus fracasos y vimos a aparecer la versión más agresiva del gobierno.
El insulto a líderes opositores que hasta hace pocos días se mostraban como permeables a una política común y la visualización ahora clara del apriete con la caja del estado y la reprimenda a los que no se encolumnan, es el rostro real de Macri y sus funcionarios.
Se adelantó por impericia propia e iniciativa de la oposición unos meses el Plan B de Jaime Durán Barba y una nueva derrota de la diplomacia integradora de Emilio Monzó.
Esto no queda acá.