
Impresionante lectura para este domingo:
Clarín, bajo emoción violenta
La campaña publicitaria lanzada por Clarín asegura que una opción periodística es “la realidad se puede tapar”.
Tiene 14 años como multimedios. Tal vez, porque apenas si es un adolescente en ese sentido figurado, bien podría disculpárselo. Pero el principal multimedios de la Argentina en su porfía dura con la Casa Rosada –que no se privan de golpes bajos, campañas sucias y agresiones solapadas ambas partes- edita en forma desembozada y en el camino deja jirones de periodismo. El DsD presenta un informe urgente. Antes de que sea tarde.
Desde agosto último el periodismo argentino está pasmado.
El Grupo Clarín, afectado como multimedios por decisiones del Gobierno nacional, viene editando su diario en forma inusitada. “Furia clarinesca” la denominó el dueño de Editorial Perfil, Jorge Fontevecchia; “furia” le llamó Horacio Verbitsky; “catástrofe” escribió Martín Caparrós; “bandazos” advirtió un editor misionero; “tapas crispadas” describió otro editor, pero de un sitio web.
Una parte importante de la comunidad periodística le advierte a Clarín que está jugando todo lo que le queda de su capital más valioso: su marca, su credibilidad.
Clarín parece estar bajo emoción violenta. Crispado. Diario sobre Diarios (DsD) presenta aquí precisamente algunos de los “desatinos” periodísticos cometidos por el matutino.