1) Debido
a la devaluación de principios de años y los posteriores incrementos tarifarios, la inflación se aceleró significativamente deteriorando el poder adquisitivo de los salarios). A la caída del salario real
se le suma el deterioro laboral (
estancamiento del empleo, reducción de horas extras y suspensiones)
que profundizó la contracción del ingreso real de las familias, afectando negativamente el consumo.
2) El deterioro de las expectativas sobre el mercado de trabajo,
tienden a potenciar la retracción del gasto de los hogares (limitan el consumo a lo mínimo indispensable). Esta menor propensión a comprar bienes y servicios
se verifica en el Índice de Confianza del Consumidor elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella, que mostró fuertes caídas en mayo (-22,4% i.a.) y en el acumulado del año (-10,4% i.a.).
3) El
consumo agregado (privado + público) cayó casi 3% i.a. en el primer trimestre de 2016. Asimismo,
los primeros indicadores privados del segundo trimestre indican que la retracción persiste. Por caso,
la recaudación tributaria de IVA deflactada por el IPC Ecolatina AMBA, cayó 5,9% i.a. en el primer trimestre y 5,1% i.a. en el bimestre abril-mayo de 2016.
4) Vale destacar además, que salvo contadas excepciones
el consumo cayó en casi todos los rubros y canales. Las
ventas minoristas relevadas por la
Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) cayeron en mayo 9,2% i.a., acumulando en el año una caída de 5,7% i.a.
5) Según relevamientos de
Kantar Worldpanel,
el consumo masivo cayó 3% en abril y en los primeros cuatro meses del año. Vale destacar además, que dichos especialistas detectaron que la contracción
se explica mayormente por los hogares de menores ingresos. Asimismo, detectaron cambios en el comportamiento de los consumidores:
aumentaron las compras bajo promociones, marcas de menor valor, y envases/formatos más económicos.
6) En el caso de los
bienes durables el escenario es mixto. En lo que va del año
las ventas de electrodomésticos caen 10,1% i.a. (según CAME), el patentamiento de motos retrocede 5% i.a., y la venta de autos usados desciende 11% i.a.
7) Las únicas excepciones son
el patentamiento de autos y el mercado inmobiliario. Las ventas de 0 Km acumulan un alza de 5,4% i.a. en los primeros cinco meses del año, mientras que las escrituras treparon en el primer cuatrimestre 15% i.a. en CABA y 8%i.a. en Provincia de Buenos Aires.
La reducción del impuesto interno a los autos y la eliminación de las restricciones cambiarias explican los indicadores positivos.
8) La magnitud de la baja del consumo descripta llevó al gobierno a impulsar una serie de medidas para revertir el deterioro. Entre ellas destaca el proyecto de ley que propone, entre otras cuestiones, el reconocimiento de la deuda de la ANSES hacia los jubilados que se encuentren cobrando un haber menor al correspondiente y, por ende, el ajuste del mismo.
9) Las medidas implementadas por el gobierno junto con las paritarias y una inflación más acotada (aunque aún elevada),
confían ponerle un piso a la caída del consumo en el segundo semestre del año.
Sin embargo, la recuperación podría llegar recién el año entrante.
10) El gobierno
ya no tiene un esquema de crecimiento basado exclusivamente en la inversión:
ha comenzado a inyectar recursos fiscales en las familias para apuntalar el consumo. Este cambio ayuda a dinamizar la actividad pero implica descuidar el frente fiscal.