¿Qué obrará el Estado frente a la falta de adecuación, sea la que se da por hecha que ocurrirá o aquellas de otros grupos? La cuestión tiene sus bemoles, porque hay variedad de casos.
La primera labor, en lo conceptual y seguramente en lo temporal, será explicitar previamente al 7-D de modo igualitario (esto es, para todos) cuál es exactamente su situación frente a los genéricos requerimientos legales. O sea, dicho un poco en criollo, cuántas licencias le sobran a cada uno.
Proliferan lo actores y ciertas marañas legales piden una definición, que es trabajosa. Sabbatella está armando, junto a sus colaboradores más cercanos, un detalle de los excedentes de cada grupo. La idea es transparentarlo y presentarlo pronto en público, acaso la semana que empieza mañana, en cualquier caso pronto.
Se sostendría así la universalidad de los criterios y el trato no discriminatorio, que es uno de los berrinches menos serios, pero más socorridos del Grupo Clarín. Con ese mapa, se pondría blanco sobre negro el panorama y se precisaría a qué debe atenerse cada concesionario.
¿Y si, más allá de los incentivos reseñados y de la precisión, hay quien no se adecua? ¿Cómo deberá proceder la Autoridad de aplicación el día después, puesta a discernir qué licencias hace caducar y vuelve a licitar?
Pongamos un ejemplo real y simple de entender. Pensemos en una empresa que controle cinco radios y deba quedarse con tres. La cuantía, se comentó, puede difundirse pronto. Pero arbitrar cuáles se licitan y cuáles siguen en su poder es otra cosa. Sabbatella, de momento, analiza dos modalidades. Una sería definirlo de oficio, sin más. Otra sería armar varios esquemas posibles (se queda con 1-2-3 o con 3-4-5 o los que sean) y sortear entre ellos en público. El primero puede sonar más racional, pero más pasible de objeciones el segundo, menos dispositivo o arbitrario.
Hasta donde sabe este cronista, no se ha resuelto aún qué rumbo elegir, lo que seguramente dependerá en alguna medida de la cantidad de licenciatarios en off side. Por las dudas, afilá la garganta, Riverito.