Guillermo Gabella, un director y operador de la empresa Boldt (a la que el Gobierno acusa de haber disparado las denuncias contra Amado Boudou), declaró como testigo el martes, citado por el fiscal Carlos Rívolo, y dijo que un socio comercial del vicepresidente, José María Núñez Carmona, lo presionó en una reunión para que esa imprenta dejara la planta de la ex Ciccone, que alquilaba durante el proceso de quiebra. Dijo que el intermediario que lo había convocado al encuentro fue Lautaro Mauro, a quien conocía de la militancia en el peronismo.
Mauro fue llamado a declarar de inmediato y contradijo esa versión: afirmó que fue Gabella quien lo había llamado, y que quería contactarse con alguien del Gobierno para resolver cuestiones comerciales y de pagos pendientes a Boldt vinculados con la realización del censo. El miércoles fueron careados, ambos reconocieron el encuentro, pero cada cual se mantuvo en su posición y Gabella terminó denunciado por falso testimonio por la defensa de Núñez Carmona. El juez Daniel Rafecas mandó a analizar sus llamados telefónicos. La semana próxima habrá nuevos testimonios.
Boldt SA, una importante imprenta a la que se vincula con el duhaldismo y con el negocio del juego, había alquilado la planta de la ex Ciccone en 2010, con la venia del Juzgado Comercial, cuando comenzó el proceso de quiebra, que fue levantada en un mes. La guerra comercial entre la actual CVS y Boldt es el trasfondo del caso, que tuvo su punto máximo en torno de la impresión de los billetes de 100 pesos, finalmente concedida a la ex Ciccone.
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