Ni en mi experiencia personal ni en la observación de mis amiguitos, nunca vi un chico llorar por no ir a la escuela. Te diría lo contrario.
Además la educación de los chicos es un proceso integral que también pasa por la adquisición de hábitos de solidaridad comunitaria. Por ejemplo el aislamiento momentáneo frente a una crisis sanitaria.
Se sabe que el 37 por ciento de la circulación está dada por el movimiento escolar: ¿es todo lo que tiene de propuesta la oposición en medio del rebrote de contagios y muertes?.
Que los chicos lloran por no poder por unos días ir a la escuela, un nuevo mito urbano en un mundo paralelo.