Estar a la izquierda en los 90 era fácil. No había que hacer mucho esfuerzo para tener audiencia y lectores. Lo duro fue esta década de crisis al principio y luego años K que ocuparon el espacio nacional y popular con una construcción colectiva.
¿Cómo manejar el ego en esas circunstancias?. ¿Cómo tener un liderazgo de opinión acompañando a las mayorías que decidieron ser oficialistas?.
Lo intentó desde el individualismo y quebró. Ahora se instala desde la oposición de los negocios que te da alguna seguridad mensual.
Se ganó merecidamente ser hoy la tapa del Grupo con la simpleza de dar a entender que Clarín es el más débil.