Antonio Ángel Tabanelli disfruta sentarse frente a una máquina tragamonedas, apretar un botón y esperar que el azar lo sorprenda. No es casualidad. El patrimonio que administra lo logró, en gran medida, con este tipo de juego:
no por ludópata afortunado sino como empresario con aceitados contactos.
La acusación contra el vicepresidente de la Nación,
Amado Boudou, de facilitar el levantamiento de la quiebra de la imprenta ex
Ciccone Calcográfica, que derivó en la apertura de una causa judicial, condujo al funcionario a brindar una entrevista a dos diarios nacionales para aclarar la situación:
“Toda esta operación montada desde Clarín y La Nación tiene actores políticos y económicos por detrás que han hecho uso del Estado desde hace mucho tiempo”, afirmó el ex ministro de Economía en una entrevista.
–
¿A quién se refiere? –le preguntó uno de los periodistas.
–Desde el punto de vista político
al duhaldismo y al posduhaldismo residual. Desde el económico a la empresa
Boldt. Muchos se preguntarán: ¿Qué es esta empresa? Es de la familia
Tabanelli,
cuyo principal operador político es el señor Guillermo Gabella –agregó e involucró en este caso a una poderosa familia, que siempre cultivó el bajo perfil. (Nota completa
acá).