“Nunca negociaremos la soberanía de las Islas Malvinas (Falkland Islands) a menos que ustedes, los habitantes de las islas, así lo deseen. Ninguna democracia podría actuar de otra forma”, enfatizó Cameron.
Apuntó contra la Argentina por lo que consideró como “injustificados y contraproducentes esfuerzos para interferir el transporte marítimo en torno a las islas y afectar” la actividad comercial de la zona.
“Las amenazas de cortar la comunicación entre las islas y sus vecinos de Sudamérica sólo perjudican a quienes los impulsan”, subrayó el primer ministro británico a través de un mensaje navideño dirigido a los Kelpers.
La decisión del Mercosur de apoyar la iniciativa uruguaya de no atender necesidades técnicas y comerciales con barcos de bandera malvinera parece que lo sintió.
Lo que no dice Cameron, aunque lo sabe por experiencia propia, que la política de coloniaje no la podrán sostener en el tiempo. Tarde o temprano volverán esas tierras a la Argentina.