El artista plástico León Ferrari fue perseguido por la dictadura. Gran parte de su obra está orientada a denunciar los abusos de poder y la intolerancia en la sociedad. Según The New York Times, era al momento de su muerte uno de los cinco artistas plásticos más provocadores e importantes del mundo. Los pilares de su obra se basan en un dura crítica hacia las guerras, la religión y todas las formas de intolerancia.
Nos cuentan que en 2008, el marchand, periodista y productor del programa humorístico Periodismo para Todos, Gabriel Levinas, recibió del artista 15 obras en carácter de “préstamo” para exhibirlas y venderlas. En ese momento, los unía la confianza. Hoy, sólo una causa judicial.
La realidad es que el artista murió en julio pasado sin saber a ciencia cierta el destino de varias de sus obras, cuya exhibición en una sala de exposiciones de Francia había encargado a Levinas, el mismo periodista que entrevistó a Mario Codarín, un inexistente testaferro del dirigente Luis D’Elía. Nos cuentan que en 2008, el marchand, periodista y productor del programa humorístico Periodismo para Todos, Gabriel Levinas, recibió del artista 15 obras en carácter de “préstamo” para exhibirlas y venderlas. En ese momento, los unía la confianza. Hoy, sólo una causa judicial.
Las 15 obras -13 dibujos y dos collages- fueron entregadas el 21 de abril de 2008 para su exposición y eventual venta en la Galerie Brun Léglise, de París. Entre 2009 y 2010, según registros de una causa penal que tramita ante el juzgado de instrucción número 38 de la Capital Federal, a cargo de la jueza Wilma López, reingresaron al país 12 de aquellas obras. Y de ellas, sólo cuatro le fueron devueltas a Ferrari.