En realidad una mezcla de todo un poco. Los asesores de imagen que le indican qué hacer para mostrarse algo humano.
La Justicia que lo llama a declarar pero el no tiene la culpa. Padre Franco que compite con novias jóvenes.
Ser funcionario público que él no lo siente mucho. Esnobismo de millonarios que son distintos a nosotros. La ciudad es suya y por lo tanto puede hacer lo que quiera. En fin, si anduvo en moto sin casco el responsable es el kirchnerismo, mientras la vida sigue...
Leemos hoy en Ambito:
Quería cumplir ayer Mauricio Macri con la Justicia, que lo esperaba para que justificase su pedido de apartamiento de Norberto Oyarbide en la causa escuchas. Pero un embotellamiento -del cual muchos lo culparían a él- le impedía avanzar por el centro porteño. Se bajó del auto, paró a un motoquero y le pidió que lo llevase hasta Tribunales. Lo hizo sin casco -algo prohibido por la ley- y de a dos en el vehículo, que se contradice con un proyecto que intenta terminar con los motochorros. La informalidad criolla justificará esta pequeñez (si se la compara con batallas de alta política), pero el partido PRO busca votos reclamando la vigencia estricta de la ley. Era preferible llegar tarde